viernes, 17 de octubre de 2014

En el Cementerio no están los Desaparecidos . Cristian Cottet,2011

En el Cementerio no están los Desaparecidos

Por Cristian Cottet
       …y ahora voy a morir, sin nada más, con tierra
         sobre mi cuerpo, destinado a ser tierra.
                                               Pablo Neruda
                                               Canto General


La muerte es un asunto que va del desastre a la resignación, del llanto a la ritualidad, del espanto a la paz. La muerte nos gobierna, de a rato queremos no verle, esconder el rostro, pasar por su lado silbando sin que ella nos vea, pero es inevitable. Está ahí con sus pompas fúnebres, con sus velorios, sus cementerios, sus negociados. Creo que no existe cultura donde la muerte pase inadvertida. Todas se las arreglan para definir una forma de desprenderse de la materialidad que es el cuerpo. Unos le incineran, otros le lanzan a un río o al mar, otros los embalsaman, otros le entierran en un espacio que definen para esos menesteres. Para nosotros los chilenos el cementerio es el espacio más recurrido donde dejar “los restos” de nuestros seres queridos.

La antropóloga argentina Laura Panizo, propone cierta matriz de “atención” a la muerte. Para ella el duelo y el luto son dos fenómenos que se complementan y explican mutuamente dentro del ritual de la muerte. Mientras el duelo son prácticas privadas, materiales, simbólicas y mentales de los sobrevivientes, el luto serían los procedimientos colectivos que permiten el reingreso de los deudos a la comunidad de los vivientes. El duelo refiere a la capacidad de cada uno de los vivientes para reubicarse y reintegrarse en la comunidad que contuvo al no viviente, es un ejercicio fundamentalmente privado. El luto, en cambio, es un rito colectivo donde se despliegan diferentas prácticas que permitan volver al precario equilibrio social desde donde se sale y se debe retornar.

Como ritualidad, el luto obliga avanzar desde la separación (lo preliminal), estacionarse en la transición (lo liminal) y terminal en el reingreso (lo posliminal). Realizar a cabalidad esta “pascua” permite un reingreso en paz y así construir el duelo. Para alcanzar esto es necesario que se cumplan, por lo menos, dos condiciones: primero, que la ritualidad se materialice en todas sus formas y etapas, y segundo, que el cuerpo del que ha partido participe desde la separación al reingreso en la forma de una nueva instalación simbólica. Como dije al comienzo, la muerte es un asunto que va del desastre a la resignación.

Cuando el cuerpo no está, queda suspendido el rito en la liminalidad y el duelo se transforma en un permanente e infinito suspenso, donde los deudos deben construir otras estrategias de sobrevida, que estarán cargadas de incertidumbre y desamparo. En ese caso, que es el de los chilenos “detenidos desaparecidos”, no hay velorio, no existe ataúd ni cementerio, que es el territorio destinado al depósito de los cuerpos. La “animita” es una de las muchas formas que toma este ejercicio de muerte sin un cuerpo que resguardar.

En la Región Metropolitana de Chile se han instalado casi tres centenares de memoriales en recuerdo de los chilenos ejecutados y desaparecidos por la dictadura militar. Estos eventos van desde animitas, placas, esculturas, panteones y memoriales. Detrás de cada uno existe una comunidad que se organiza tanto para su construcción como para su mantenimiento. Casi la generalidad está referida a personas muertas y sepultadas, agreguemos a esto que el Estado mantiene un Programa de ayuda financiera para esos efectos.

El año 1993 se concretó la construcción del Memorial de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados instalado en el Cementerio General de Santiago, me refiero al monumento que recuerda y homenajea a todos los detenidos desaparecidos de Chile. En los bordes de este monumento se construyeron dos panteones, donde sepultan aquellos cuerpos recuperados de la desaparición.

En el marco de lo dicho hasta ahora, cabe preguntarse: ¿Qué hace este memorial en un cementerio si los nombrados técnicamente no están muertos sino secuestrados? ¿Acaso, con esta instalación, se pretendió “dar por muerto” simbólicamente a los miles de desaparecidos? ¿Se pretendía poner fin al ¿Dónde están?

Una tarea urgente, en medio de tanta premura y reivindicación no cumplida, es terminar con esa ambigüedad de visitar a nuestras(os) hermanas(os) secuestrados, en el lugar donde dejamos los muertos. Ellos no están muertos mientras no tengamos sus cuerpos y podamos concluir el rito que permita reingresar a esta sociedad a los miles de familiares que esperan. Es responsabilidad nuestra también el obligar al Estado a que se instale en algún espacio público y de libre acceso un verdadero Memorial y no una cripta gigante en un cementerio. No se resolverá con esto la monumental tarea de encontrar los cuerpos, pero no cabe duda que ayudará a poner las cosas en su lugar, cuestión que tanta falta hace en nuestro querido país.

Diciembre de 2011

Los acusadores de Pinochet. Reflexión diez años después.Andrés Palma,2008

(118) Reflexión diez años después.





Reflexión diez años después.

El
9 de abril de 1998 fue día jueves y correspondió a la Semana Santa en
la celebración del calendario católico que se sigue en Chile. Ese Jueves
Santo de 1998 la atención de Chile estaba centrada en la Sala de la
Cámara de Diputados, en Valparaíso, donde se votaba la Acusación
Constitucional al General Augusto Pinochet.

Fue un
día tenso para todos los que sentíamos que algo pasaría en nuestras
vidas y en las vidas de los chilenos según lo que allí aconteciera.
Algunos inclusive teníamos la impresión que ese día sería un día
histórico para nuestro país. Diez años después casi nadie lo recuerda.




Cuando decidimos acusar constitucionalmente a Pinochet, lo
hicimos seguros que era un acto simbólico, pero sabedores que los actos
simbólicos, como las liturgias, dan sentido a las cosas, y que las
formas o el cómo son lo que da sentido a las vidas. Digo simbólico por
dos razones. La primera era que la Acusación sería derrotada en el
Senado en el que los partidarios incondicionales de Pinochet eran
mayoría dada la presencia de los senadores designados y de la derecha.
La segunda porque constituía la única oportunidad, sabedores de antemano
del resultado final de dicho proceso, de someter a Pinochet a un
proceso en el que se le juzgara políticamente de forma institucional por
actores democráticos o representantes populares.

La
preparación de la Acusación no fue fácil. Por una parte, desde el punto
de vista formal, las limitantes legales obligaban a juzgarlo por su
desempeño desde el 11 de marzo de 1990, lo que excluía un juicio por su
dictadura y sus violaciones a los derechos humanos y a la
institucionalidad. Por otra parte, desde el Gobierno y desde la
conducción de la Democracia Cristiana se cuestionaba tanto el derecho de
los Diputados a presentar la Acusación como la legitimidad política de
la misma. Sin embargo hubo muchas personas, incluidas importantes
autoridades en materia constitucional, que colaboraron en la preparación
jurídica de la presentación, en tanto que el debate en la Democracia
Cristiana se zanjó con una resolución del Consejo Nacional que
estableció que los Diputados tenían libertad para una presentación de
este tipo, derrotando la posición del Gobierno y de la Directiva.


Todas las dificultades se superaron con la decisión de
avanzar en un acto que consideramos digno. Éramos representantes de la
ciudadanía y teníamos derecho, y creíamos que fundamentos legales y
políticos, a someter a Pinochet a un juicio político o constitucional.
Era nuestra responsabilidad que no fuera la historia la que juzgara a
quien había mancillado de forma tan grave nuestra historia, sino los
representantes de la ciudadanía. Sentimos que en juego estaba la
dignidad de los representantes ciudadanos.

Por cierto
el resultado no fue el que esperábamos. Los representantes de la
ciudadanía rechazaron la Acusación constituyendo una mayoría que me
resulta inexplicable aún hoy, y más hoy después de tantas verdades que
se supieron con posterioridad.



Después vino
otra historia, y lo que esperábamos fuera un acto trascendental, quedó
en el olvido de los medios, pero no de las personas. En las personas
quedó grabado con distintos sabores, para unos fue una fiesta, para
otros una pena, para Manuel Bustos fue una traición de algunos. Tal vez
un día los medios recuperen este gesto de dignidad, el único que
representantes democráticos emprendieron para realizar un juicio
político sobre el General Pinochet, y se escriba algo de la historia de
las personas en relación a ese día. Pero la historia oficial fue por
otros rumbos.

Yo tengo una interpretación de esa otra
historia. Por una parte no convenía que los gestos de dignidad se
multiplicaran, pero por otra, la soberbia derrotó a Pinochet. Si los
representantes democráticos, incluidos algunos a los que él mismo había
afectado con sus comportamientos, le liberaban de responsabilidades
políticas e institucionales por su desempeño en esos años, entonces era
que por fin se le comprendía, era libre y podía hacer lo que le
placiera. Por eso viajó a Londres a buscar un dinero mal habido y quiso
ir de visita a Paris… lo que siguió quedó en la historia del fin del
siglo.



Los Jueves Santo del calendario
católico tienen un contenido ambiguo. Por una parte se celebra la
institución del sacerdocio ministerial y de la Eucaristía, que a los
creyentes nos mantiene en la Vida; y por otra se conmemora la
transfiguración de Jesús en el monte y luego su detención y traición por
quienes más Él quería.

El 9 de abril de 1998 fue, para muchos, una verdadera liturgia de Jueves Santo.

<foto 1>



  • Claudio Montalva Avendaño Ese
    día lo tengo grabado en la memoria, recuerdo que junto a un grupo de
    camaradas de la JDC de la Comuna de Talca, nos tomamos la sede del
    Partido en señal de protesta de lo que estaba ocurriendo, y pusimos un
    listado con los nombres de todos los que
    habían
    votado en contra de la acusación o de quienes se abtuvieron, colgamos
    las fotos de los camaradas "traidores" y pasamos todo el fín de semana
    en la sede, con misas, reuniones, debates, discusiones ideológicas y un
    poco de ping pong, para palear el frío.


    Han
    pasado diez años, y aunque nadie recuerde lo que pasó y no se haga
    ningún reportaje al respecto, los que estuvimos presentes, en las más
    diversas situaciones, unos en el Parlemento, otros en sus casas mirando
    la televisión, el gran grupo que estuvo en Alameda 1460 y los que
    estuvimos en Regiones, no lo olvidamos.


    Gracias Andrés por mantenernos fresca la memoria.

    Mauricio Carvajal Blemith Estimado
    Andres: recuerdo perfectamente este episodio, que tu y otros pocos (muy
    pocos) DC enarbolaron con valor, con sentido politico e historico el
    que una vez mas le falto completamente a tu partido (que hasta esa fecha
    tambien era el mio).....

    Milena Bravo T siempre recuerdo esa hazaña.
    también
    la decepción que sentí cuando el presidente del PDC de aquel entonces,
    se hizo el leso y la diputada de esta provincia de aquel entonces dijo
    no.

    a Pinochet se le criticó, acusó, se lo procesó, pero; jamás se lo con
    denó.
    Ahora
    hay que echarle p'a delante, otros son los desafíos, y desearía una
    nueva alianza, concertación, lo que sea, y dejar fuera a viejos
    retrógrados, dinosaurios de la política, sobervios ineficientes.

    No hace falta decir nombres.
    GrACIAS
    A ndrés por esa parte bonita de la historia, por tu lucha, por las
    flores que repartías, por tus idas y venidas de la cárcel.

    Fueron, después de todo, hermosos tiempos donde se soñaba y como no teníamos nada lo queríamos todo.
    CON AFECTO
    Milena Bravo T.
    de Iquique - Chile




viernes, 25 de abril de 2014

.El proyecto HIJXS DE LA MEMORIA CHILE, Etapa Final. Cerrando un círculo para abrir muchos otros..



 Cerrando un círculo para abrir muchos otros...

todosloshijxs@gruposyahoo.com


feb 16

El proyecto HIJXS DE LA MEMORIA CHILE, ha alcanzado la etapa FINAL de este prolongado camino recorrido en conjunto, tanto en el espacio virtual como en las múltiples actividades OFF LINE que nos han encontrado defendiendo los DD HH. y la Memoria, en una senda inter y multi generacional, construyendo la memoria nuestra.
Ahora es tiempo de visibilizar la presencia en nuestra sociedad de este sujeto social que son los descendientes, familiares y sobrevivientes de aquella generaci
ón que a partir de los años setenta dio una lucha por la Verdad y Justicia, demostrando con sus logros en todos los ámbitos donde está inserta, que no fue derrotada.
La generacio
n de los HIJXS DE LA MEMORIA CHILE, constructores y creadores, de obras y de ideas, en todos los campos de las artes, las letras, en la academia, en el ejercicio de sus profesiones y oficios, en cada actividad personal y social en que se ha emprendido.


Iniciamos la publicaci
ón de estos resultados en un libro que verá la luz en 2017, como trabajo colectivo de todos quienes quieran sumarse con sus trabajos, en todos los formatos que la tecnología nos permite hoy.
Les ruego a todos visitar http://hijosehijasdelamemoria.blogspot.com/   para materializar cuanto nos hemos propuesto entregar COMO TESTIMONIO DE VIDA.
El trabajo y compromiso de todo este amplio e invisibilizado sector de la sociedad permitir
á reconstruir la fragmentada identidad a un sector hasta hoy sin voz en nuestra sociedad.

Hipótesis de Trabajo


Me apoyo en la hipótesis de trabajo que postula que el quiebre institucional producido por el golpe de estado de 1973 que instauró una dictadura cívico-militar prolongada y que estructuralmente se prolonga hasta la actualidad , afectó a la sociedad en su conjunto, más allá de la represión, persecución y exterminio, con carácter de genocidio de una generación de hombres y mujeres que apoyaban y defendían un proceso histórico social de cambios y que  posteriormente combatió a la  dictadura 

Es la historia y la memoria nuestra. Otros hombres y mujeres tendrán la tarea de escribir sus propias historias y memorias.
Las consecuencias socio-políticas y antropológicas se extenderán a lo largo de generaciones, como se ha evidenciado en otroas sociedades que vivieron conflictos similares en todos los continentes.
Las situaciones que viven los hombres y mujeres y sus núcleos familiares en el seno de las sociedades que vivieron conflictos sociales traumáticos, en toda época o lugar, son semejantes en su complejidad y reviste gran importancia el estudio comparativo de las distintas situaciones del amplio aspectro de las violaciones a los los derechos humanos que afectan a quienes son derrotados en estos conflictos, cuyas secuelas son traspasadas a las generaciones que les continúan y que siendo niños, en ocasiones sufrieron violación, carcel y tortura como forma de presión a sus padres.
En base a estos postulados, es que estamos desarrollamos desde 2006  una investigación-acción  con de miembros de las segundas y terceras generaciones, padres, hijos y posteriormente nietos, y de las personas relacionadas familiarmente con quienes fueron afectados por las distintas violaciones a los derechos humanos a partir del año 1973.
Esta investigación-acción, multidisciplinaria e inertergeneracional  realizada por medio de la metodología de la etnografía digital, en el marco de la antropología virtual- lo que nos ha permitido una presencia permanente e istantánea en todos los espacios de la cibersociedad habitados por estas generaciones, formando nosotros, investigadores,parte de estos colectivos y sitios personales en la Web ,espejo de las actividades y organizaciones espejo en la realidad cara-a-cara off line .
Reunimos en las redes sociales usadas por nuestros hijos,hijas y nietos y por nuestra generación, aquella de los coetáneos que fuimos militantes o simpatizantes veinteañeros en los años setenta y ochenta de los movimientos y partidos que apoyaron a la Unidad Popular y luego resistimos desde distintas trincheras en un combate desigual a las fuerzas exterminadoras de la dictadura de Pinochet.
Somos los padres y las madres, los y las abuelas , los y las compañeros y compañeras, los camaradas sobrevivientes, los testigos de época, los que tenemos la memoria urgente y vigente y que tenemos la consciencia de que estamos extinguiendonos como generación- por años, por secuelas,por enfermedades agudas y crónicas que arrebatan vidas semana a semana.
Somos testimonio de lo que se hizo bien y tambien de aquellos tantos errores que  nuestra temprana edad,falta de experiencia ante una represión no imaginada en todo su horror, opciones erradas y compromiso total de entonces que redundaron en daño para nuestros descendientes en una espiral que aún no termina.
Los que deben juzggarnos en este siglo XX, son esos un día nuestros niños  que experimentaron todas las gamas del terror; sus cuerpos violados, torturados,encarcelados,exiliados,clandestinos y su niñez perdida, apropiada, sus identidades a medio construir.La ausencia del padre o madre , el país imaginario que les transmitimos en el exilio y la diáspora que ya nunca conocerán,los dolorosos y a menudo frustrados retornos a la tierra de nadie, vidas sin pares, vidas sin palabras que compartir.
 Aquellos que siendo menores, sus vidas fueron afectadas como consecuencia de la participación de sus familiares en el proceso histórico social durante la Unidad Popular, la dictadura de Pinochet y la extensa etapa de la post dictadura.
Todas las situaciones represivas están presentes y patentes en los hijos y nietos:
El universo de aquellos que entonces fueron menores,infantes  e incluso nonatos y así como aquellos  nacidos en casas de tortura,o en prisión, está más allá de estadísticas del Estado o de las ONG.

Este invisible segmento de nuestra sociedad, este sujeto social aún amorfo, aún latente como tal porque en nuestro país no han sido  agente de cambio social,  excepto en contadas  ocasiones cuando la coyuntura política los catapultó a los medios.

Lo que se produjo el año 2003, cuando despertó la memoria de Chile, la Huelga de Hambre  "Luciano Carrasco" a la que dedicaremos un capítulo especial, dio presencia legitimada a los hijos e hijas de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos en el conjunto de la sociedad. Posterior a este hito en la historia de los hijos e hijas no se han dado formas colectivas de organización más allá de las agrupaciones vinculadas por lazos de afecto y pertenencia , en actividades de denuncia, de orden judicial, conmemorativas, funas, causas de orden general o de defensa de derechos humanos,políticas , artísticas, académicas, sociales,culturales,familiares y como parte  de organizaciones de familiares.



 RECOLECCION DE MANIFESTACIONES DE MEMORIA E IDENTIDAD DE LOS HIJOS.
Existe una realidad concreta que permite realizar esta propuesta: todos, como personas y como colectivo, de una forma u otra nos planteamos la Memoria como una meta.
El siglo XXI está signado por el afán, en todo el Cono Sur del continente de re-construír la memoria colectiva de experiencias traumáticas como han lo han sido las acciones genocidas de las dictaduras latinoamericanas experimentadas desde el año 1965 en nuestro continente.
Los estudios de Memoria y los Derechos Humanos son prioritarios en las ciencias sociales y humanas y en el ámbito de la cultura, y estos se entrecruzan y complementan desde las diversas diciplinas en los diferentes países.
La meta última es evidenciar que sucedió en nuestro pasado reciente , quienes eran la generación de los padres, el ideario que los motivó a entregar sus vidas y  sus muertes,más allá de militancias o acciones específicas.
  Quienes fueron y son estos hombres y mujeres, los jóvenes de la última mitad del siglo XX, portadores de  paradigmas instalados socialmente en el Continente Latinoamericano, cuando revoluciones triunfantes, guerrillas, Concilios,adelantos científicos  y técnicos, cambios sociales y culturales conformaron una era que terminó en  el genocidio de esta generación.

Los objetivos planteados hasta ahora ,tentativamente, son:
a) Recopilar on line y off line las manifestaciones públicas y privadas que expresen la relación de estos hijos con los procesos siempre dinámicos en torno a la memoria de sus padres, a la defensa de los derechos humanos, las  impresiones subjetivas de los HIJOS, hoy adultos jóvenes, acerca de la perspectiva  con la que perciben a sus padres y su accionar, y la evolución que estos juicios han experimentado en el tiempo, de modo de tener indicios tentativos que nos digan acerca del daño transgeneracional posible de detectar en la subjetividad de los descendientes.
Han transcurrido décadas desde que ocurrieron los sucesos que afectaron a sus grupos familiares, nucleares y extensos, donde no solo fueron afectados los hijos, sino grupos amplios de familiares, en ocasiones dispersos geográficamente e incomunicados por tiempos prolongados..
 Estos hijos e hijas ,que fueron menores afectados decadas atras hoy son padres y madres,  parte de otros núcleos familiares, y estan de diversos modos transmitiendo su memoria.
De qué modo es transmitida su experiencia de vida? En que momento lo hacen a sus propios hijos? Cómo se ha desarrollado la relación con sus padres sobrevivientes ? Y con los padres y madres sustitutos- padrastros, madrastas, figuras paterna o materna, hermanos y hermanas de las nuevas relaciones de sus progenitores sobrevivientes? Sus relciones y experiencias escolares y académicas? Sus experiencias laborales, las causas que apoyan, sus relaciones de pareja y la construcción de famiia?
En base a estas reflexiones y propósitos, que no pueden darse más que colectivamente con y entre las distintas generaciones, es que planteamos que es el momento de un ENCUENTRO INTERGENERACIONAL de Rescate y sistematización de experiencias, que conduzca a la visibilización de nuestros hijos y nietos como el sujeto social que de hecho conforman, y de este modo crear conciencia de la urgente necesidad de una memoria combatiente que conduzca a la articulación de acciones y reflexiones y sujetos que reinvindiquen tanto la permanente Batalla por la Memoria y la dignidad de los combatientes de ayer y de hoy estigmatizados por la Historia Oficial.
La historia de acciones conjuntas de los distintos hijos e hijas comienza temprano en la dictadura, y esa Historia de participación, de cuestionamiento, de exigencias necesitamos socializarla, a traves de sus relatos y de sus creaciones.
Después de un lapso de tiempo considerable, que varía de caso en caso, pensamos que ciertos duelos pueden haber cristalizado lo sufiente, como para tener una perspectiva acerca de qué es la memoria y porqué es un imperativo nacional   la construcción de esta memoria desde ellos, alternativa a la memoria petrificada instalada desde los vencedores.y este hecho puede hacerlos conseguir el logro de volcar y compartir y transmitir a su descendencia y a las generaciones por venir, el RELATO BIOGRAFICO DONDE SE ENTRELACEN  LAS VIDAS Y MUERTES DE LAS GENERACIONES QUE HOY CONVIVEN EN EL PAÍS, sus valores, motivaciones y opciones de vida como habitantes de un país profundamente dividido ante el cual hay que tomar posición
,
Metodología
1.- La información y la comunicación de las actividades y los objetivos.
Hasta el momento hemos tomado contacto con jóvenes de rangos de edad entre los 13 y los 45 años
así como con los padres ,hermanos y otros miembros de los grupos familiares , personas que residen en lugares tan culturalmente distintos para nosotros como lo son Israel o Mozambique.
Estos contactos, que superan el centenar de personas, da a este Encuentro una riqueza de manifestaciones culturales y de sentimientos compartidos que en sí mismos justifican la iniciativa en curso.
2.-.Espacios de la Web:
.Espacios de la Web: Correo electrónico, Facebook ,Foros, páginas web personales e individuales, Messenger, blogs, fotoblogs, Flickr, Picasa,
donde se evidencia participación amplia de jóvenes.
3.-Contactos personales con Comités, colectivos, agrupaciones, asociaciones, centros de Hijos, Menores, y de agrupaciones diversas de aquellos afectados por las violaciones de derechos humanos del país y del exterior.
Hemos participado en reuniones ,jornadas y encuentros en universidades y centros técnicos de educación en sus distintos niveles.
El universo de los Hijos de la Memoria
1.-Situaciones de Exilio y situaciones de Diáspora
Hijos y/o nietos de exiliados en distintos continentes y épocas, nacidos y/ o criados en los países de acogida y que son parte de la Diáspora Política que por diversas razones no retornará a Chile.
2.-Hijos de exiliados retornados a Chile , que por diversos factores deciden permanecer en los países donde crecieron, o “auto-exiliarse”, regresando, ya sea con la familia o como individuos, al país de crianza..
. Son aquellos que vinieron a modo de prueba al país donde nacieron o donde sus padres nacieron, y que les fue imposible una reinserción
Jóvenes que estuvieron inmersos en una sociedad no-capitalista, como lo son los casos de los hijos que permanecieron en hogares en Cuba , Nicaragua, en el ámbito de los países del campo socialista en Europa Oriental, o en Asia (Vietnam), Argelia y Mozambique en África,
Estos menores vivieron experiencias cultural , social y políticamente distintas, específicas y menos conocida en las investigaciones de ciencias sociales de situaciones de exilio o diasporicas.
En los casos de quienes vivieron situaciones de exilio, se detecta una diversidad cultural y diferentes grados de integración a los países de nacimiento y/o crianza así como a nuestro país , en el caso de los retornados, determinados en gran parte por los factores socio políticos de las sociedades receptoras. y la pertenencia a grupos organizados de sus pares. El continente donde crecieron marca la impronta a los procesos de continuidad y cambio que experimentan estos jóvenes.
Hijos y/o nietos nacidos en el exilio, sin contacto alguno con Chile, con la comunidad de exiliados ,sin dominio del idioma español u otros elementos de la cultura latinoamericana. Padre o madre originaria de culturas locales, en grupos familiares biculturales
La pena de extrañamiento conduce a que los hijos vivan situaciones de exilio con características específicas dadas por la imposibilidad de regresar del padre afectado .Estos hijos pueden haber nacido fuera de Chile o haber partido con los padres al iniciarse la pena aflictiva.
En el curso de la recopilación de información que por cerca de dos años hemos llevado a cabo con el proyecto de investigación La Diáspora Política Chilena, se ha evidenciado un importante elemento, cual es la percepción del “sí mismo” (1) de chilenos que no se consideran exiliados, que habiendo llegado en distintas fecha a los países de acogida, se han integrado o no a las comunidades diaspóricas, participando en actividades sociales y políticas relacionadas con Chile, tanto durante la dictadura como en la etapa pos-dictadura. Estos adultos jóvenes que salen sin apoyo de instituciones u organizaciones partidarias, y por lo general no llevan una vida colectiva con las comunidades diasporicas, tienen presencia regular en el campo de la cultura y la reflexión política, permaneciendo en contacto y colaborando en las acciones de solidaridad en coyunturas bien definidas.
ESTA TIPOLOGIA DE PERSONAS QUE SIENDO MENORES O VIVIAN SU PRIMERA JUVENTUD CUANDO INICIARON SUS BIOGRAFIAS INDEPENDIENTES DE SUS PADRES
HIJOS DE PADRES AUSENTES: DETENIDOS-DESAPARECIDOS, ASESINADOS, EJECUTADOS POLITICOS; CLANDESTINOS, PRESOS POLITICOS,
Hijos de ex prisioneros políticos de las décadas de los setenta, ochenta y noventa evidencian así mismo características específicas, determinadas por el tiempo de prisión del padre, la madre o ambos; el lugar del encarcelamiento, que puede ser en el país o en países de América Latina u otros.
Los hijos e hijas de personas que fueron detenidas y cuyo paradero se desconoce hasta la fecha, así como de quienes fueron ejecutados ,secuestrados y asesinados, caídos en enfrentamientos, explosionados, y del mismo modo los hijos de militantes que vivieron largos períodos de clandestinidad que imposibilitaban una normal convivencia familiar, son aquellos, a quienes más allá de sus ideologías, credo ,genero o generación, lugar de nacimiento, pertenencia étnica o partidaria, queremos convocar a compartir, desde el espacio virtual y el encuentro personal sus vidas, sus relatos ,sus experiencias.
OTRAS SITUACIONES: EXONERADOS POLITICOS,DISCRIMINACION ,REPERCUSIONES PSICOLOGICAS Y PSICOSOCIALES.
Nuestro planteamiento está basado en la hipótesis de trabajo que postula que el quiebre institucional producido por el golpe de estado de 1973 que instauró una dictadura cívico-militar prolongada y que estructuralmente se prolonga hasta la actualidad , afectó a la sociedad en su conjunto, más allá
de la represión, persecución y eliminación de una generación de hombres y mujeres que apoyaban y defendían un proceso histórico social de cambios o que combatían a la dictadura posteriormente.
Los hijos e hijas de personas que fueron detenidas y cuyo paradero se desconoce hasta la fecha, así como de quienes fueron ejecutados, y del mismo modo los hijos de militantes que vivieron largos períodos de clandestinidad que imposibilitaban una normal convivencia familiar, son aquellos, a quienes más allá de sus ideologías, credo, genero o generación, lugar de nacimiento, pertenencia étnica o partidaria, queremos convocar.
Esperamos que este llamado tenga un amplio eco y se esparza como flores en el viento….
Adriana Goñi Godoy
Lic. Antropología U.Chile

 

 

lunes, 31 de marzo de 2014

EL PASADO QUE NOS PESA: LA MEMORIA COLECTIVA DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973*

REVISTA DE CIENCIA POLÍTICA / VOLUMEN XXIII / Nº 2 / 2003 /

EL PASADO QUE NOS PESA:
LA MEMORIA COLECTIVA DEL
11 DE SEPTIEMBRE DE 1973*


JORGE MANZI,
ELLEN HELSPER,
SOLEDAD RUIZ,
MARIANE KRAUSE,
EDMUNDO KRONMÜLLER

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Resumen

El presente artículo muestra los resultados de una encuesta de opinión pública acerca del 11 de septiembre
de 1973 y el Régimen Militar, aplicada a 792 personas de la Región Metropolitana.
La muestra

contempló participantes de distintas orientaciones ideológicas y de tres generaciones políticas: quienes
cumplieron 18 años antes de 1973, los que lo hicieron entre 1974 y 1989, y los que llegaron a esa edad
a partir de 1990.
Los resultados confirman que se trata de una fecha que posee importancia subjetiva

para la mayoría de las personas. Los análisis revelaron que las diferencias generacionales son relativamente
menores. La posición ideológica subsiste como un factor fuertemente diferenciador del recuerdo
que se tiene sobre este período de la historia chilena, aunque también se constataron convergencias
inesperadas entre personas de distintas posiciones.


PALABRAS CLAVE • Chile • Memoria Colectiva • Memoria Social • Cognición Política

EL PASADO QUE NOS PESA: LA MEMORIA COLECTIVA DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973

El 11 de septiembre de 1973 es el hecho histórico ampliamente considerado en Chile como el
más significativo de la segunda mitad del siglo XX y, posiblemente, de todo ese siglo. A casi treinta
años de ese día, esta fecha sigue teniendo vigencia en la política nacional, los medios de comuni-
cación y la opinión pública. Varias razones pueden explicar su gran impacto. En primer lugar,
significó una ruptura violenta con la tradición democrática de nuestro país, que interrumpió
drásticamente el proceso de cambios que se había acelerado a partir de los años sesenta. Por
otro lado, tuvo como consecuencia graves violaciones a los derechos humanos, dejando una
profunda huella, especialmente en sus víctimas, cuyas secuelas perduran hasta hoy. Por último, la
intervención militar produjo transformaciones económicas, sociales y culturales que modificaron
de manera fundamental el carácter del país (Moulian, 1997; Jocelyn-Holt, 1999).
Además de sus efectos macro-sociales, estos episodios tuvieron profundos efectos psico-sociales,
incluso, en personas que no se encontraron directamente involucradas o afectadas por ellos
(Ruiz, 2003). El impacto de ellos se manifiesta, claramente, en la dificultad que ha tenido nuestra
sociedad para asimilarlos, situación que se expresa aún hoy en discusiones sobre cómo denominarlos,
cómo recordarlos (Tocornal, 2000) y, más recientemente, en cómo tratarlos en los textos
de estudio.
Por otro lado, la sorpresa y trascendencia de lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973, transforman
esta fecha en un evento de significación autobiográfica, con características propias de lo que
ha sido denominado una memoria de flash (Finkenauer et al., 2000). El recuerdo vívido y persistente
de los hechos define un antes y un después en la vida de muchas personas, determinando un
cambio o interrupción del proyecto vital, asociado, generalmente, a una tendencia a volver repetidamente
sobre ellos.
En síntesis, las profundas transformaciones que conllevó el Golpe Militar, tanto a nivel político y
económico como psicosocial, han quedado en la memoria de todos los chilenos, conformando la
memoria colectiva de uno de los hitos más relevantes de la historia de nuestro país.
MEMORIA COLECTIVA
Desde sus inicios la noción de memoria colectiva ha combinado al menos dos condiciones: la
naturaleza social de muchos eventos que se mantienen activos en el recuerdo de una gran cantidad
de integrantes de una sociedad, y el carácter social de las influencias que inciden en su
interpretación y evocación.
La idea de que la memoria tiene un carácter social encuentra uno de sus antecedentes en Bartlett
(1932), quien propuso que ésta es esencialmente constructiva, y no reproductiva, lo que significa
que ella no es estable, sino que es una recreación del pasado. Dichas recreaciones tienen una
dimensión colectiva, pues al recordar hechos de la vida cotidiana, la importancia de los factores
sociales se intensifica, siendo muchas veces las instituciones sociales y características culturales
de los grupos las que determinan de manera central las formas del recuerdo.
En la misma línea, Halbwachs (1925/1992, 1998) propuso por primera vez la noción de “memoria
colectiva”, refiriéndose con ello a la memoria de los miembros de un grupo que reconstruyen el
pasado a partir de sus intereses y marcos de referencia presentes. Esto implica entender a ésta
como una actividad social, no tanto por su contenido, como por ser compartida por una colectividad
y, sobre todo, porque los procesos de intercambio social de los recuerdos, que se producen
mediante la comunicación interpersonal, influyen de manera fundamental en la construcción y
mantención de ellas (Páez et al., 1998). Así, el recuerdo de un acontecimiento es compartido por los miembros de un grupo, que modifica su representación del pasado en función de las tareas y
necesidades presentes, cumpliendo, entre otras cosas, funciones de cohesión grupal (Jedlowsi,
2000) y permanencia de la identidad (Ramos, 1989).
La naturaleza social y grupal de lo vivido tiene como consecuencia que los sucesos evocados
frecuentemente no confluyen en una sola memoria, sino en una pluralidad de ellas, muchas veces
contrapuestas. Ejemplos de esto son las divergencias de las imágenes que se tienen del Holocausto
en Alemania Oriental y Occidental (Koonz, 1996) y de la dictadura militar argentina (Jelin y
Kaufman, 1998). Para el caso chileno, esto ha sido confirmado por estudios de corte cualitativo,
que indican la existencia de distintas memorias según la posición política de los grupos entrevistados
(Tocornal y Vergara, 1998; Prado, 2002; Ruiz, 2003).
MEMORIA COLECTIVA E IDENTIDAD SOCIAL
El carácter usualmente conflictivo de las memorias sociales es fácilmente comprensible si se
considera que en ellas se manifiestan muchos de los procesos estudiados en relación con las
identidades sociales. Si los grupos producen representaciones de la realidad en función de las
necesidades asociadas a su identidad, tal como lo plantea la Teoría de la Identidad Social (Tajfel y
Turner, 1986), es lógico suponer que la memoria que se genera y activa en cada grupo esté, al
menos parcialmente, al servicio de tales propósitos.
De este modo, es posible deducir que las representaciones del pasado, se construirán de modo
de asegurar una identidad social positiva. Desde esta perspectiva, no sólo adquieren sentido
aquellos acontecimientos que son recordados por determinados grupos, sino también aquellos
que son olvidados, pues muchas veces se negarán hechos que afectan negativamente la identidad
endogrupal (Silvana de Rosa y Mormino, 2000).
Adicionalmente, la selección y reconstrucción de ciertos episodios del pasado, facilita la definición
y preservación de las fronteras grupales. Esto se manifiesta en la acentuación de la percepción de
semejanzas con miembros del propio grupo y la agudización de las diferencias con miembros de
otros grupos (Eiser, 1990).
Frecuentemente los procesos asociados a la identidad social conllevan tanto un sesgo intergrupal
positivo (la tendencia a favorecer al propio grupo), así como el prejuicio y la discriminación hacia
miembros de exo-grupos. Dichos fenómenos se exacerban en presencia de conflictos de intereses
entre los grupos, produciéndose una rigidez de las fronteras grupales y una polarización
intergrupal (Doise, 1986).
Cuando los conflictos intergrupales son graves y sostenidos en el tiempo, se genera gran emotividad
en las partes, lo que determina una intensa percepción de amenaza, incremento de la desconfianza
e intolerancia intergrupal (Kramer, 1998; Sullivan et al., 1981). En casos extremos, cuando
se produce violencia intergrupal aguda, es frecuente observar ciclos y escaladas de victimización
y venganza (Staub, 2001), que perpetúan la violencia.
La memoria colectiva es un componente central de los procesos intergrupales descritos. En situaciones
de conflicto y violencia, como las que se analizan en este estudio, el recuerdo y el olvido

GENERACIONES POLÍTICAS
El estudio de la memoria autobiográfica, así como el conocimiento en torno a la socialización
política, conducen también a suponer que ciertos grupos han debido quedar más fuertemente
afectados por estos hechos. La literatura científica muestra que los sucesos que ocurren durante
la etapa de consolidación de la identidad personal (adolescencia tardía hasta adultez temprana)
mantienen una alta presencia en la memoria individual (Erikson, 1974; Conway, 1996).
El carácter potencialmente asociado a generaciones de la memoria social también deriva de los
estudios en socialización política, especialmente la teoría de “ciclos de vida”, que coinciden en
definir a la etapa de la adolescencia tardía o de la adultez temprana como el período más decisivo
para perfilar opiniones, actitudes y orientaciones en torno a lo político (Steward y Healy, 1989;
Sears, 1990). Esta etapa en la vida no es importante solamente para formar actitudes u orientaciones
políticas, también es el período en el cual las personas muestran mayor acuerdo con
comportamientos políticos más extremos y desviados (Watts, 1999). Estos fenómenos indican
que la adolescencia es un período importante para la formación de una identidad política que
sigue vigente en etapas posteriores.
La significación subjetiva de los hechos históricos que afectan a distintas cohortes etáreas también
ha sido empleada para comprender la emergencia de distintas generaciones. Desde esta
perspectiva, las generaciones pueden ser definidas a partir del contexto y de los acontecimientos
socio-históricos que les corresponde vivir. Las investigaciones realizadas en el tema muestran que
los acontecimientos sociales marcan diferencialmente a distintas generaciones, incidiendo en sus
actitudes, creencias, expectativas, valores, etc. (Duncan y Agronick, 1995; Schuman y Scott,
1989; Stewart y Healy, 1989).
En el caso de Chile, se pueden concebir al menos tres contextos socio-históricos que pueden
haber afectado, diferencialmente, a distintos grupos generacionales que coexisten actualmente
en nuestra sociedad:
• El período de cambios acelerados y fuerte politización de la sociedad chilena que ocurrió
desde los años sesenta hasta el golpe de Estado en 1973.
• El período del régimen militar (1973-1990).
• El período de retorno a la democracia (desde 1990 en adelante).
En consecuencia, combinando los argumentos anteriores, se puede asumir la existencia de tres
generaciones políticas claramente diferenciadas: la de quienes se socializaron políticamente antes
del régimen militar, la de quienes se socializaron durante dicho régimen y la de quienes lo
hicieron en el período de retorno a la democracia. Dado que la etapa más relevante para la
socialización política es la adolescencia tardía o la adultez joven, en este estudio se empleó como
criterio de referencia el momento en que las personas tenían 18 años. Así, la primera generación
se definió como la de aquellos que cumplieron 18 años entre 1960 y 1973, la segunda, la de
quienes llegaron a esa edad entre 1974 y 1989 y, finalmente, la más joven quedó conformada por
los que cumplieron 18 años a partir de 1990.

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MANZI, Jorge et al. El pasado que nos pesa: La memoria colectiva del 11 de septiembre de 1973. Rev. cienc. polít. (Santiago) [online]. 2003, vol.23, n.2 [citado  2014-03-31], pp. 177-214 . Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-090X2003000200009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0718-090X.  http://dx.doi.org/10.4067/S0718-090X2003000200009.





* Este trabajo se basa en una encuesta llevada a cabo en el marco de un proyecto financiado por el Fondo Nacional de
Investigación Científica y Tecnológica (FONDECYT #199-0546).
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